REDUCCIÓN MAMARIA
Se denomina hipertrofia mamaria al volumen excesivo de los senos. Su aumento puede aparecer como síntoma aislado, sobretodo en pacientes jóvenes (hipertrofia juvenil) o acompañado de la caída del pecho (hipertrofia con ptosis). En general se debe a un desarrollo exagerado de la glándula mamaria o del tejido adiposo y frecuentemente se acompaña de alteración de los tejidos (displasia mamaria) y de incapacidad de lactancia.
En definitiva, para definir una hipertrofia mamaria hemos de tener en cuenta las características sociales pero sobre todo, el biotipo de la mujer: el peso, altura, anchura del tórax y estructura ósteo-muscular.
Unos senos demasiado grandes pueden acarrear no solo problemas físicos sino también alteraciones psíquicas en grado variable. La inaceptación de la propia imagen corporal llega, incluso, a la negación de dicha parte del cuerpo, ocasionando trastornos en la esfera de las relaciones, sobre todo en el aspecto psícosexual.
Las razones por las que la paciente acude a la consulta con el cirujano plástico están relacionadas con los trastornos físicos y psicológicos que produce esta condición. Algunos de ellos dependiendo de los síntomas y volumen de las mamas, son:
• Dolor de cuello
• Congestión y dolor durante el periódo menstrual
• Alteraciones posturales producidas por la costumbre de querer disimular el tamaño de las mamas
• Irritación de la piel o maceración del pliegue submamario
• Dificultad para respirar
• Surcos profundos que traumatizan los hombros, causados por el uso del sostén
• La mujer se siente incómoda para vestirse con facilidad
• Alejamiento social
La cirugía consiste en la resección o retirada del exceso de piel y glándula, en el modelado del nuevo volumen con la forma deseada, y en adaptar las areolas al tamaño y situación adecuada.
El resultado depende no sólo del cirujano sino también de las características de las mamas en cuestión: existen limitaciones impuestas por el tipo de piel, de glándula y el tamaño de ésta.
Como todo corte deja cicatriz, es natural e inevitable que ésta intervención también las deje. Lo que siempre procuramos es hacerlas lo más pequeñas y más imperceptibles posibles, para lo cual utilizamos técnicas apropiadas y las colocamos en lugares estratégicos.
Dependiendo de la técnica varía su disposición y forma, aunque es una cicatriz alrededor de la areola que desciende, de manera vertical, y otra en el pliegue submamario transversal. Cuanto mayor es el tamaño y la caída, mayor las dimensiones de la cicatriz.
En la cirugía de reducción mamaria las complicaciones de importancia son raras. En pacientes obesas y en las grandes hipertrofias aumenta el riesgo de lipólisis o necrosis grasa debido a la delicadeza del tejido. Pueden aparecer pequeñas alteraciones de la cicatriz por rechazo de los puntos internos de sutura, que se corrigen sin dificultad. La formación de queloide es rara en nuestro medio aunque posible. El sufrimiento de los colgajos o la pérdida parcial o total de la areola y pezón, así como las infecciones son excepcionales.
En definitiva, el resultado suele ser muy satisfactorio para la paciente, la cual recupera una parte de su cuerpo que antes no aceptaba, elimina la causa de un trastorno psícosexual y alivia el peso de una carga que la naturaleza le había regalado.
En el tratamiento de reducción mamaria, a diferencia de las otras cirugías de senos, es posible mantener los conductos galactóferos que conducen la leche y los nervios de esta zona central dependiendo de la técnica que se utilice. La lactación y el amamantamiento son factibles después de la intervención. La sensibilidad del pezón también podría conservarse, dependiendo de la técnica que se practique. No obstante, si la extirpación de tejido mamario ha sido excesiva existen pocas probabilidades de que la paciente pueda lactar.
A menudo es posible regresar a trabajar de 10 días a máximo dos semanas después de la operación, dependiendo del trabajo. En muchos casos usted puede regresar a sus actividades normales, incluyendo alguna forma de ejercicio moderado, después de un par de semanas. Usted puede continuar teniendo alguna molestia moderada y periódica durante este tiempo, lo cual es normal. Si se presenta dolor intenso debe reportarse a su doctor.
Cualquier actividad sexual debe evitarse por un mínimo de una semana, inclusive su cirujano puede recomendarle espere mas tiempo. Después de este tiempo, deberá manipular su busto con extremo cuidado por lo menos durante seis semanas.
Este procedimiento remueve el exceso de piel y tejidos haciendo que su busto se torne más pequeño y más firme, también puede reducir al mismo tiempo el tamaño de la areola y llevarla a la posición adecuada.